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13 ENE 2025BRICS: Lecciones para México
BRICS: Un bloque económico de relevancia mundial Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se han consolidado como una de las agrupaciones económicas más importantes del mundo, representando en 2023 el 33.2% del PIB mundial en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA), de acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI)1, superando de manera significativa al G7 (29.5%) y a la Unión Europea (14.7%). Además, el volumen de las exportaciones de los BRICS+ representa el 24.5% del total mundial y juntos concentran el 45.2% de la población mundial2. El grupo ha crecido tanto en influencia que ha presentado una iniciativa para crear una divisa común, con el objetivo de reducir la dependencia del dólar en el comercio internacional y desafiar su hegemonía. En este contexto, resulta fundamental analizar las implicaciones económicas globales de los BRICS, las razones detrás de su crecimiento acelerado en los últimos años y las posibles lecciones que México, como economía emergente, podría extraer de este grupo, cuyos logros demuestran el potencial de una estrategia conjunta y multipolar.
Lecciones clave para México Como economía emergente, México enfrenta retos y oportunidades similares a los BRICS, aunque ha optado por un enfoque que difiere del modelo de este bloque, lo que se ha traducido en un crecimiento económico inferior. En las últimas dos décadas, el PIB de los BRICS ha crecido a una tasa promedio anual de 4.4%, significativamente superior al 1.7% de México (Banco Mundial, 2024). En la presente nota analizaremos algunas de las lecciones clave que el país podría adoptar de los BRICS, tales como: 1) diversificación comercial; mientras los BRICS han detonado sus exportaciones en distintas partes del mundo, México sigue fuertemente vinculado a EE.UU., con cerca del 84.0% de sus exportaciones destinadas a ese país (esta falta de diversificación inhibe el potencial exportador de México y lo deja expuesto a tensiones geopolíticas y económicas); 2) mayor inversión en investigación y desarrollo (I+D) para impulsar la innovación tecnológica, incrementar la competitividad global y elevar los niveles de productividad; y, 3) una estrategia robusta de inversión en infraestructura, enfocada en optimizar las redes de transporte del país y fortalecer la capacidad de generación eléctrica, incentivando así la inversión privada y promoviendo el desarrollo económico en regiones menos favorecidas. Descargar aquí documento |
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